Las Flores, un Bello Alimento

La llegada de la primavera trae no solo un paulatino aumento de la temperatura y más horas de luz natural, con días más largos y noches más cortas; además la naturaleza se transforma porque las plantas y árboles se activan y florecen.

Las flores, como sabemos, hacen posible la reproducción de las plantas, cumplen una función decorativa, alimentan animales y nos dan fragancias. También cobijan a gran cantidad de seres vivos, producen el oxígeno que respiramos, regulan la humedad y contribuyen a la estabilidad del clima.

Además, hay plantas comestibles que se usan en la gastronomía, pues contribuyen al mejoramiento estético de los alimentos y aportan sustancias biológicamente activas, como vitaminas A y C, riboflavina, niacina, minerales como calcio, fósforo, hierro y potasio, beneficiando la salud de quien las consume.

En México acostumbramos comer plantas y flores, entre las que destacan las siguientes:

Flor de Jamaica. Aunque todo indica que es originaria del África Tropical (Egipto, Sudán y Senegal) llegó de Filipinas a bordo de la Nao de China para arraigarse en la gastronomía de México. Una vez que se usó para preparar refresco, se puede freír tomate, cebolla y ajo, agregar la flor seca y sazonar con pimienta, sal y albahaca o romero. Se come en tacos acompañada por su salsa favorita.

Flor de Calabaza. Es otra aportación de la milpa, de delicado sabor dulce. Brinda una sazón especial a sopas, cremas, guisos, tamales, ensaladas, pastas, pechugas, pescado y quesadillas. Su mancuerna ideal es el epazote, con el que se mezcla para crear platillos únicos.

Flor de Violeta. Tiene un sabor suave y agradable al paladar. Sus colores generan un contraste en los platillos y aportan diversidad a la cocina gourmet. Se pueden servir frescas, secas, cristalizadas o confitadas y emplearse en la elaboración de platillos o en la repostería.

Flor de Izote. De color blanco verdoso, carnosa, brillante, frágil y vistosa, producida por plantas del género yuca. En zonas rurales del centro del país es apreciada como alimento. Se procura comerlas tiernas, porque luego se vuelven amargas. Se preparan capeadas, en tortitas de huevo, y se sirven solas o con caldillo de jitomate; también se consumen revueltas con huevo o guisadas en salsa de chile verde.

Flor de Cempasúchil. Además de adornar tumbas y altares durante la conmemoración del Día de Muertos, su sabor dulce con notas amargas la hace buena aliada para hacer salsas y reducciones. Se pueden añadir a la masa del pan, en sopas, cremas, atoles y hasta en postres.

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