Cuando vemos los partidos de fútbol, muchos se preguntan qué hacen los deportistas para tener tanta resistencia física y muchas se preguntan cómo logran tener tanto músculo “bien puesto, en su lugar”.
Parte de la respuesta se encuentra en la alimentación. En el caso de los Venados F.C., la responsabilidad recae en la nutrióloga María José Palma González, la joven que tan sólo con 24 años de edad es la encargada de “meterlos en cintura”.
“En la pretemporada llegan de vacaciones, un poco pasados de peso, hay que ponerlos en cintura, entrenan en doble sesión, los medimos cada dos semanas y que lleguen en su mejor versión al torneo”, destaca la joven.
¿Qué comen los integrantes del equipo? Una combinación de arroz, pasta, puré de papa, salmas, pasta, ensalada fresca, sopa de verduras, sopa de lentejas, caldo tlalpeño y, en ocasiones, tienen derecho a postre.
Una pesadilla de Navidad
Los entrenamientos de pretemporada inician en diciembre y se interrumpen debido a las celebraciones propias del mes. “Se van a sus casas y les hacemos recomendaciones generales de cómo deben comer, los nutriólogos tenemos la responsabilidad de infundir buenos ánimos, así que les pedimos moderar su consumo, no porque sea Navidad se van a tirar a la desgracia”.
María José trabaja con alrededor de 27 jugadores, de un amplio rango de edad que va de los 18 a los 40 años de edad. Su trabajo consiste en definir la composición corporal, talla, peso, cintura, abdomen, pliegues, así como el porcentaje de grasa, de músculo y de masa ósea.
“El plan de alimentación es de acuerdo con las necesidades individuales, las dietas son personalizadas pero muy básicas, porque no son tan creativos, la mayoría cocina muy básico y prefiere huevos al gusto, quesadillas, sándwiches, licuados, todo muy rápido y práctico”, indica.
La fórmula ganadora de músculo
Cada jugador debe de tener un porcentaje de grasa de entre el 8 y el 10 por ciento. En pretemporada se les diseña un plan con entre 5 y 7 gramos de carbohidratos y 2 g de proteína por kg. A diario consumen alrededor de 3,600 calorías para un gasto calórico de entre 700 y 900 cal, varía de acuerdo con la posición que juegue como defensa o delantero. En un partido pueden llegar a consumir hasta mil 500 cal.
“A los jugadores casi no les llama la atención su cuerpo, yo trato de explicarles cómo les ayuda tener un peso adecuado, como que pueden rendir más, jugar más minutos; cosas más futbolísticas, no están pensando en sus ‘cuadritos’ ni nada por el estilo”.
Además de las recomendaciones de alimentos, también se les hace un plan con suplentes, los “de cajón” son los aminoácidos, la creatina, que les otorga ganancia de masa muscular o masa corporal y la carnitina, para una recuperación más rápida del músculo, la fatiga y las células.
De forma opcional se les sugiere consumir Omega 3, cafeína, Vitamina C, proteína y colágeno hidrolizado para prevenir cualquier molestia articular.
Una joven dedicada al deporte
María José fue atleta de alto rendimiento, representó a Yucatán en la Olimpiada Nacional en tenis de mesa y desde que comenzó sus estudios para convertirse en licenciada en Nutrición se planteó un enfoque desde el deporte.
“Es diferente la nutrición en general y la que se enfoca en los deportes. No es la dieta del paciente sedentario que tiene ciclos de 21 días a un mes. Aquí todo cambia conforme las circunstancias, por ejemplo, si un jugador se lesiona, hacemos una dieta distinta pues ya no tendrá actividad física”.
La nutrióloga hace énfasis en que la forma en que se distribuyen los alimentos y lo que comenta en la entrevista aplica a los casos particulares que ella sigue. “Recomiendo no generalizar y repetir dietas, todo trabajo es individual y personal, que busquen un experto para que pueda adecuarse lo más posible a su vida personal y tengan los resultados que buscan.