El mundo de las bebidas destiladas es vasto y apasionante. Entre tequilas, mezcales y otros aguardientes, hay una joya menos conocida pero igual de intrigante: el bacanora. Originario de Sonora, México, esta bebida ha conquistado paladares con su sabor único y su rica historia. Vamos a descubrir qué hace al bacanora tan especial.
El bacanora toma su nombre de la región de Bacanora en el estado mexicano de Sonora. Durante siglos, los habitantes de la región han destilado este agave silvestre para producir un licor suave y aromático. Sin embargo, no fue hasta 1992 que se legalizó su producción y venta, después de casi 77 años de prohibición.
Al igual que el tequila y el mezcal, el bacanora se destila a partir del agave, pero no de cualquier tipo. El agave Pacifica o Yaquiana es endémico de Sonora, y es la única variedad permitida para la producción oficial de bacanora. El proceso de elaboración implica cocer los “piñas” o corazones del agave en hornos subterráneos, para luego fermentarlos y destilar el líquido resultante.
La mejor manera de entender el sabor del bacanora es probándolo, pero intentaremos describirlo. Se podría decir que el bacanora combina lo mejor del tequila y el mezcal. Tiene la suavidad del tequila pero con las notas ahumadas del mezcal. Sin embargo, también tiene sus propias características: un sabor terroso y mineral, con matices que recuerdan a la región árida y montañosa de Sonora.
El precio del bacanora puede variar según la marca, la edad y la calidad del destilado. Pero en promedio, una botella de bacanora de buena calidad oscila entre $25 y $60 USD. Vale la pena mencionar que, como con muchas bebidas artesanales, hay ediciones especiales y añejadas que pueden alcanzar precios más altos.
El bacanora no es solo una bebida; es una tradición, una historia y una cultura. A pesar de las prohibiciones y desafíos del pasado, ha resurgido como un símbolo de orgullo para Sonora y como una delicia para los amantes de los destilados.
Si aún no has tenido la oportunidad de probar el bacanora, te estás perdiendo de una experiencia culinaria única.