México, reconocido mundialmente por su rica tradición culinaria y sus sabores inigualables, ha sido durante mucho tiempo un epicentro gastronómico. Desde antojitos callejeros hasta sofisticados restaurantes de alta cocina, la diversidad y riqueza de la gastronomía mexicana es indiscutible. Y, aunque la cocina mexicana ha sido laureada y aplaudida en múltiples escenarios internacionales, recientemente el país ha sido testigo de un evento sin precedentes: la llegada de las prestigiosas Estrellas Michelin.
La Guía Michelin es considerada por muchos como la “biblia” de la alta cocina. Originaria de Francia, esta guía ha evaluado y calificado restaurantes en Europa desde principios del siglo XX, y con el tiempo, ha expandido su alcance a otros continentes, incluyendo Asia y América del Norte. Recibir una Estrella Michelin no es solo un reconocimiento a la excelencia culinaria; es una insignia de honor que coloca a un restaurante en el radar internacional. Este año, las luces se encendieron sobre nuevos destinos como Atlanta, Georgia, y las tierras del tango en Argentina, mientras se redescubrían antiguos favoritos como Río de Janeiro y São Paulo. Pero en un giro esperado por muchos, MICHELIN ha extendido su alfombra roja hacia México.
Daniela Mijares, Presidenta Ejecutiva de CANIRAC, expresó su entusiasmo ante la llegada de la presea. Este sentimiento resuena con Gwendal Poullennec, Director Internacional de la Guía, quien señaló la meticulosa exploración de los inspectores por las variadas regiones mexicanas, desde su dinámica capital hasta los paisajes serenos de Oaxaca y las costas de Baja California.
Con un enfoque particular en la Ciudad de México, Oaxaca, Baja California, Los Cabos y Nuevo León, el equipo de MICHELIN se ha sumergido en una profunda travesía gastronómica. Y aunque la lista completa de reconocimientos se revelará a principios de 2024, la anticipación en la comunidad culinaria ya es palpable. Sin duda, este es un momento emocionante para la gastronomía mexicana en el escenario mundial.
