Red Velvet: Un Clásico que Nunca Pasa de Moda

Hay postres que no necesitan presentación. El pastel Red Velvet es uno de ellos. Su color rojo intenso, su textura suave y su sabor ligeramente achocolatado hacen que cada rebanada evoque recuerdos de celebraciones, tardes en casa y mesas vestidas con cariño. Más que un pastel, el Red Velvet es una experiencia sensorial que mezcla tradición, elegancia y un toque de nostalgia.

Originario del sur de Estados Unidos, este pastel comenzó a ganar fama a principios del siglo XX, cuando su llamativo color lo convirtió en el favorito de las pastelerías más reconocidas. Hoy, sigue siendo un ícono en cumpleaños, bodas y momentos especiales, gracias a su miga esponjosa, su equilibrio entre dulce y ácido, y su clásico betún de queso crema que lo corona con suavidad.

Ya sea que lo hayas probado en una panadería o que lo asocies con los postres de tu infancia, preparar un Red Velvet en casa es una forma perfecta de reconectar con lo simple y delicioso. Aquí te dejamos una receta infalible para que lo prepares desde cero.


Ingredientes

Para el pastel:

  • 2 ½ tazas de harina de trigo todo uso
  • 1 ½ tazas de azúcar
  • 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de cacao en polvo sin azúcar
  • 1 ½ tazas de aceite vegetal
  • 1 taza de buttermilk (o leche con 1 cda de vinagre blanco)
  • 2 huevos grandes
  • 2 cucharadas de colorante rojo
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1 cucharadita de vinagre blanco

Para el betún:

  • 225 g de queso crema (a temperatura ambiente)
  • ½ taza de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente)
  • 2 tazas de azúcar glas
  • 1 cucharadita de vainilla

Instrucciones

  1. Precalienta el horno a 175°C. Engrasa y enharina dos moldes redondos para pastel de 22 cm.
  2. Mezcla los ingredientes secos: en un bowl grande, tamiza harina, azúcar, bicarbonato, sal y cacao. Reserva.
  3. Combina los ingredientes húmedos: en otro bowl, bate el aceite, el buttermilk, los huevos, el colorante, la vainilla y el vinagre hasta integrar por completo.
  4. Integra ambos: añade los ingredientes secos a los húmedos poco a poco, mezclando solo lo necesario para que no queden grumos.
  5. Hornea durante 30-35 minutos, o hasta que al insertar un palillo salga limpio. Deja enfriar completamente antes de desmoldar.
  6. Prepara el betún: bate la mantequilla y el queso crema hasta que estén suaves. Agrega la vainilla y el azúcar glas poco a poco hasta obtener una mezcla esponjosa y homogénea.
  7. Monta el pastel: coloca una capa de pastel, cubre con betún, luego la segunda capa, y termina con una cobertura generosa. Decora al gusto.

Un Red Velvet casero es mucho más que un postre: es un momento para compartir, para recordar y para celebrar con cada bocado. Prepara esta receta y llévale un toque de dulzura a tu día.

¿Te quedaste con ganas de más recetas como esta? Descúbrelas todas en nuestra sección de Repostería.

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