El pan es uno de los alimentos más universales del mundo. Cada cultura ha desarrollado su propia versión, con ingredientes, formas y texturas únicas. Desde lo crujiente hasta lo esponjoso, el pan artesanal conecta tradiciones, sabores y técnicas ancestrales que hoy puedes replicar desde tu cocina. En Ambigú, reunimos una selección de panes internacionales que puedes hornear en casa, sin necesidad de ser panadero profesional.
Baguette – Francia
Famosa por su corteza crujiente y su miga aireada, la baguette es un ícono de la panadería francesa. Requiere pocos ingredientes: harina, agua, levadura y sal, pero mucho amor al amasado y al tiempo de reposo.
Tip: Deja fermentar la masa lentamente en refrigeración para potenciar su sabor.
Focaccia – Italia
Suave, esponjosa y bañada en aceite de oliva, la focaccia es ideal para acompañar comidas o como base para sandwiches gourmet. Puedes personalizarla con romero, tomates cherry, aceitunas o incluso cebolla caramelizada.
Truco: Presiona con los dedos para formar hoyitos que retengan el aceite y las hierbas.
Naan – India
Este pan plano y ligeramente inflado se cocina tradicionalmente en horno tandoor, pero puedes prepararlo en sartén. Lleva yogurt, lo que le da una textura elástica y un sabor suave. Se sirve caliente, perfecto para acompañar currys.
Extra: Úntalo con mantequilla y ajo al final para una versión irresistible.
Pan pita – Medio Oriente
Ideal para rellenar o acompañar con hummus, el pan pita es esponjoso y fácil de hacer. Su característica bolsa interna se forma al hornearlo a temperatura alta. Solo necesitas paciencia y un buen pre-calentado del horno.
Sugerencia: Si lo haces en comal, también puedes lograr resultados sorprendentes.
Pan de muerto – México
Dulce, suave y con aromas de azahar, el pan de muerto es una joya de la repostería mexicana. Aunque es típico de octubre y noviembre, puedes hornearlo en cualquier época del año y disfrutarlo con una taza de chocolate caliente.
Consejo: Espolvorea con azúcar antes de hornear para un acabado caramelizado.
Hornear panes del mundo en casa es más que una actividad culinaria: es una forma de viajar sin moverte, de conectar con culturas y de darle un nuevo aroma a tu cocina.
Porque a veces, un pan caliente recién hecho dice más que mil palabras.