Hablar de la gastronomía potosina es remontarse al pasado, a sus etnias y al intercambio cultural surgido desde la Colonia, enriquecido por ocho estados con los que comparte linderos y de los que adaptó algo de sus cocinas.
Uno de los guisos más emblemáticos es el asado de boda, de origen zacatecano. De acuerdo con algunos relatos, se le preparó a Pancho Villa luego de una batalla victoriosa y desde entonces fue adoptado de Zacatecas para festejar eventos importantes. Todo San Luis Potosí tiene platillos propios, aunque la zona de la huasteca posee una gastronomía única, basada principalmente en frijol, chile y maíz, productos sencillos, pero que en manos de las cocineras tradicionales se convierten en maravillas culinarias, como el zacahuil, al que algunos llaman el rey de los tamales. El zacahuil, que en náhuatl significa zacate o con sabor a zacate, puede llegar a medir hasta cinco metros. Se elabora con varios tipos de carne, como pollo, pavo, res y puerco, masa, manteca, adobos a base de chiles, envuelto en hoja de plátano y cocinado en hornos.
“El zacahuil es uno de los platillos más tradicionales y ricos de la gastronomía de nuestras etnias. Nunca falta en una fiesta, bautizo o boda”, explica Patricia Véliz Alemán, secretaria de Turismo de San Luis Potosí.
Hay otros tamales emblemáticos, que se preparan en determinadas fechas del año, como para las festividades del Día de Muertos, cuando aparecen el de chilpan con ajonjolí y de sarabanda, que son unos frijoles pequeños. También están los bocoles, una especie de gorditas.
Sin poder evitar que con solo mencionarlas se le abra el apetito, la funcionaria señala que las enchiladas merecen un espacio aparte. Las hay de varios tipos, elaboradas con chile rojo, quesillo, cecina y frijoles. Entre los productos de la región con demanda en la cocina están los nopales y, en particular, los cabuches, botones de la flor de la biznaga, que se recolecta en determinada temporada para comer en ensaladas, escabeche y cremas, entre otros platillos.
Si de bebidas se trata, Patricia Véliz destaca los vinos tintos, el licor de jobito, a base de jobo, una especie de ciruela amarilla, el de naranja, el mezcal y el ron potosí, elaborado con caña de azúcar y del cual sugiere el extra añejo, que como digestivo es delicioso.
“Gastronómicamente San Luis Potosí lo tiene todo, platillos deliciosos, vinos extraordinarios de reconocidas marcas, mezcal artesanal de primer nivel y algo muy especial: chocolates”, añade tras recordar que en febrero se celebra la feria de este producto, que salió de México para conquistar al mundo.
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