Una de las herramientas culinarias mayas más antiguas es el “pib”, un horno hecho en una oquedad pequeña, en cuyo fondo yacen leña y piedras que cuecen los alimentos enterrados, resaltó el cronista vitalicio cardenense, Gaspar Maglah Canul.
Sobre el “pib”, precisó que se trata de un término mal interpretado, ya que en tiempo de los fieles difuntos suele hacerse una referencia a un alimento ofrendado en los altares, pero la realidad es que se trata de un agujero en donde pueden cocinarse varios manjares de la zona maya.
En este sentido, Maglah Canul comentó que en el pib pueden cocinarse vaporcitos, así como una tortilla de frijoles conocida en la zona como “piches”, además de carne de cerdo, de pollo, entre otras que así adquieren un sabor muy especial.
El horno rústico se tapa colocándole palos cruzados, encima hojas grandes diversas y tierra a fin de evitar que el vapor salga y lograr que cueza los alimentos ya colocados en el fondo del hoyo.
Finalmente, dijo que esta vieja práctica de cocer los alimentos sigue vigente, ya que las familias suelen reunirse para preparar alimentos tradicionales y desde luego, cavar el pib, algo que es muy laborioso, pero que redunda en alimentos muy sabrosos.