La historia de la cocina mexicana no puede contarse sin hablar de sus cruces culturales. Entre los más significativos —y a veces menos evidentes— está el de la cocina árabe, cuya influencia ha dejado una huella profunda en técnicas, condimentos y preparaciones que hoy forman parte del imaginario gastronómico nacional.
Desde el uso de especias hasta la aparición del trompo de carne al estilo shawarma que inspiró al taco al pastor, la presencia árabe ha permeado en capas sutiles pero decisivas.
Origen de la influencia árabe en México
La llegada de los ingredientes y métodos árabes a México fue un proceso indirecto pero constante. Primero, a través de la conquista española, ya que España vivió más de siete siglos de ocupación musulmana en la península ibérica. Y más adelante, durante el siglo XIX y principios del XX, con la migración de comunidades libanesas, sirias y palestinas al territorio mexicano, especialmente en zonas como Veracruz, Puebla y Ciudad de México.
Técnicas e ingredientes heredados
La aportación árabe a la gastronomía mexicana va más allá de los platillos. Su legado incluye técnicas de cocción, métodos de conservación y el uso extensivo de especias, granos y hierbas aromáticas. Algunos ejemplos:
Método del asador vertical
El tradicional shawarma, con carne marinada cocida en trompo, se convirtió en al pastor cuando se adaptó con cerdo y adobos locales.
Uso de hierbas y especias
Comino, canela, clavo, cilantro, hierbabuena y ajonjolí —tan presentes en moles y adobos mexicanos— llegaron desde el mundo árabe, en combinación con ingredientes mesoamericanos.
Influencia en cereales y rellenos
El uso de arroz en preparaciones como el arroz con leche o los chiles rellenos también tiene resonancia árabe, especialmente en versiones con canela, frutos secos o carne sazonada.
Platillos mexicanos con raíces árabes
Tacos al pastor
Posiblemente el ejemplo más emblemático. Inspirado en el shawarma libanés, pero con ingredientes locales: cerdo marinado en achiote, servido en tortilla de maíz y acompañado con piña.
Kibis y falafel adaptados
En la península de Yucatán, comunidades libanesas incorporaron el kibi (o kibbeh) al recetario local, usando trigo bulgur y carne molida, a veces con giros regionales.
Carne árabe poblana
Una adaptación de la cocina sirio-libanesa, típica en Puebla, donde la carne se marina con especias y se sirve en pan pita, tortilla o pan árabe.
Un legado en constante evolución
La fusión entre la cocina árabe y la mexicana no es estática. Hoy vemos reinterpretaciones en restaurantes contemporáneos que rescatan esa raíz con ingredientes locales y técnicas modernas: tacos con pan de pita, hummus con chile de árbol, falafel de frijol negro o tabulé con nopales.
Este intercambio es una muestra más de cómo la cocina mexicana es un territorio vivo, en el que la identidad se construye desde el mestizaje culinario.