El agitado es una de las técnicas fundamentales en la mixología. No solo mezcla ingredientes: modifica textura, temperatura y dilución. Dominar los diferentes tipos de shake permite obtener cocteles más equilibrados y consistentes, especialmente aquellos que incluyen jugos, claras o ingredientes densos.
Agitado fuerte (Hard Shake)
Es un movimiento potente y rítmico que airea la mezcla. Se usa para cocteles con claras de huevo, purés o jugos espesos, ya que incorpora burbujas finas y crea una textura más cremosa. Ideal para drinks como el whisky sour o el pisco sour.
Agitado breve (Short Shake)
Consiste en un batido rápido para integrar ingredientes sin diluir demasiado. Se aplica cuando el coctel será completado en el vaso con hielo fresco, como ocurre en algunos tiki o en cocteles frutales donde la temperatura se ajusta al final.
Agitado en seco (Dry Shake)
Se realiza sin hielo para emulsionar ingredientes antes del enfriado. Es esencial en recetas con claras, ya que genera espuma estable y de buena altura. Se sigue normalmente de un segundo agitado con hielo (Wet Shake).
Agitado suave (Soft Shake)
Se utiliza cuando se busca integrar sin airear. Es común en cocteles delicados con licores aromáticos o cuando no se quiere generar espuma excesiva, como en algunas recetas con crema o licores lácteos.
Comprender qué tipo de agitado usar transforma el resultado final: cocteles más fríos, más sedosos, más espumosos o más equilibrados según lo que exija la receta.
