La sandía es uno de los ingredientes más representativos del verano, y cuando se combina con elementos salados como el queso feta y aromáticos como la albahaca, se convierte en una ensalada inesperada y deliciosa. Esta receta equilibra sabores dulces, salados y ácidos con una frescura que conquista desde el primer bocado.
Es ideal como entrada ligera, acompañamiento para carnes a la parrilla o incluso como un plato principal en días calurosos. Además, es rápida de preparar, vistosa y siempre genera conversación en la mesa.
Ingredientes (4 porciones)
– 3 tazas de sandía cortada en cubos
– 1 taza de queso feta desmoronado
– ½ taza de hojas de albahaca fresca
– 2 cdas de vinagre balsámico
– 1 cda de aceite de oliva virgen extra
– Sal y pimienta negra al gusto
– Opcional: nueces tostadas o almendras fileteadas para añadir textura
Preparación
En un bowl grande, mezcla con cuidado la sandía con el queso feta. Agrega las hojas de albahaca enteras o ligeramente troceadas con las manos. Rocía con el vinagre balsámico y el aceite de oliva. Añade sal y pimienta al gusto. Si lo deseas, incorpora las nueces o almendras justo antes de servir para dar un contraste crujiente. Sirve de inmediato para conservar la textura y frescura de la fruta.
Esta ensalada es una forma sencilla de elevar ingredientes comunes a una experiencia gourmet. El queso feta aporta cremosidad y un punto salado que contrasta con la dulzura natural de la sandía, mientras que el vinagre balsámico realza los sabores sin opacarlos. La albahaca, con su frescura herbal, une todos los elementos en un bocado perfectamente equilibrado.
Una receta como esta no solo refresca: sorprende, alegra y transforma cualquier comida en un momento especial. Ideal para picnic, brunch o cenas al aire libre.