Los dumplings son pequeñas obras maestras de la cocina asiática. Aunque comparten la idea de envolver un relleno en una masa, cada variante refleja una cultura, una técnica y un sabor particular. Desde la cocción hasta el tipo de masa, los dumplings cuentan historias distintas según su país de origen. Entre los más reconocidos están las gyozas japonesas, los baozi chinos, los mandu coreanos y los siu mai de la cocina cantonesa.
Gyozas
Originarias de Japón, las gyozas están inspiradas en los jiaozi chinos pero tienen un estilo propio. Se caracterizan por su forma semicircular, relleno de carne de cerdo, ajo, jengibre y repollo, y su cocción mixta: primero doradas en sartén y luego al vapor. Son crujientes por fuera y jugosas por dentro, acompañadas casi siempre con salsa de soya, vinagre y aceite de chile.
Baozi
En China, los baozi son panes al vapor que pueden ser dulces o salados. Su masa es esponjosa gracias a la fermentación, y su relleno varía desde cerdo a la barbacoa (char siu) hasta pasta de frijol dulce. A diferencia de otros dumplings, los baozi son completamente cerrados, lo que permite que el interior conserve jugos y aroma. Su textura suave los hace ideales para desayunos o snacks.
Mandu
Los mandu coreanos tienen forma de media luna o redondeada y pueden hervirse, freírse o cocerse al vapor. Su relleno suele incluir cerdo, ternera, tofu, ajo y vegetales como cebollín o repollo. Son típicos en celebraciones como el Seollal (Año Nuevo Lunar) y se sirven con salsa de soya o en caldos como el tteok mandu guk.
Siu Mai
Parte esencial del dim sum cantonés, los siu mai son dumplings abiertos al vapor. Se rellenan con carne de cerdo, camarones y jengibre, y se decoran con huevas de pescado o zanahoria. A diferencia de los demás, no tienen cierre superior, lo que deja visible su relleno y permite una cocción uniforme en la vaporera. Son bocados delicados y llenos de umami.
Aunque todos son dumplings, estas variantes muestran la riqueza y diversidad culinaria de Asia. Conocer sus diferencias es una forma de viajar a través del sabor y apreciar cómo una técnica común puede dar lugar a interpretaciones únicas.